domingo, 20 de marzo de 2011

Desde Aquel Viaje Llamado Muerte~ (Fan Fic)



Summary: Viñetas. Porque aunque nadie podía oírlos ni parparlos, ellos sentían, desde allá, desde ese otro gran paso de la existencia llamado muerte, y aunque Harry no lo supiera, Lily y James habían vivido cada momento de su vida junto a él.

1 de Septiembre de 1991.

Ella está recostada sobre la nieve, recordando con nostalgia aquellos momentos en que solía leer un libro para pasar los ratos libres, mientras a su alrededor un molestoso cuarteto solía alborotar la tarde lanzándose bolas de nieve entre ellos.

La nueva vida no es tan mala, definitivamente no, pueden ir a donde quiera que deseen, pueden hacer lo que se les venga en gana, basta sólo con pensarlo, no se separa ni un solo momento de su esposo, amigo y amante, es más, si no fuese porque falta el alborotador cuarteto, su vida sería perfecta. Porque aunque nadie lo crea, ellos también pueden sentir, y extrañaban a sus amigos como nunca lo habían hecho. Les dolía ver que uno se encontraba encerrado entre celdas y mares, reodeado de oscuras criaturas que le absorvian la felicidad y los buenos recuerdos; les dolía ver qué quien debería estar en su lugar se encontraba durmiendo plácidamente entre los ropajes de un tierno niño, y aún más les dolía ver cómo el tercer miembro de tan peculiar grupo se encontraba encerrado en su propia casa, sin un trabajo, ni una real vida, marginado por la sociedad.

De pronto ella deja de lado sus pensamientos para observar a quién eligió para estar eternamente a su lado. La resplandeciente luz que invade el lugar le ciega casi completamente, a pesar de lo cual logra distinguir la figura delgada y de mediana estatura del hombre que camina de un lado hacia otro, impaciente.

De pronto, el hombre rompe el silencio.

– ¿te lo imaginas, Lil? –Dijo el hombre con una amplia sonrisa en sus labios– Hoy es el gran día, al fin estará entre los nuestros, el mundo lo admirará, cada niño querrá ser como él. Estoy tan orgulloso –concluye eufóricamente.

A pesar de la ternura que le invade a la pelirroja de oír hablar así a James, no puede evitar rodar los ojos en forma un tanto exasperada.

– Él no es arrogante como tú, Potter. No querrá que "el mundo" lo admire.

Cómo no tiene nada que decir ante aquellas palabras, James Potter calla y sigue caminando. Sabe que su hijo no es arrogante (aunque en su opinión él tampoco lo es), sabe que luego de la sorpresa por ser el centro de atención, Harry odiará ser observado continuamente, porque en ese aspecto de su vida, su hijo es igual a Lilian Evans, la mujer que eligió para pasar sus días y que ahora, en la muerte, le acompaña.

A medida que se acerca la hora, la nieve se va derritiendo para dar paso a un piso igualmente blanco y resplandeciente, pero más sólido. Los pilares de la estación ya comienzan a elevarse como también comienza a vislumbrarse el humo que envuelve el lugar.

James recuerda los primeros pasos en esta nueva etapa de su existencia. Al principio había sido difícil comprender dónde se encontraba, y más aún cuando vio aparecer de la nada a su esposa, segundos después de su "despertar". Luego, y transcurridos sólo unos breves segundos, la sensación de miedo le embargó y se encontró en una habitación que reconoció como la de su pequeño bebé. "¡Harry!" había gritado en esa ocasión, pero al ver que su hijo ni el atacante se inmutaban en lo más mínimo comprendió todo.

Fue más fácil aceptarlo gracias al sentimiento de felicidad que le embargó cuando observó que su hijo había sobrevivido. Desde aquel momento lo había observado en cada paso de su vida, al igual que Lily.

– Ya es el momento. –señaló ella al escuchar a lo lejos el ruido de un carrito deslizándose por el suelo.

James y Lily de pronto se encontraron en la estación de King Cross, justo en frente de Harry, quien entraba acompañado de los Dursley y cargado con un gran baúl y una blanca lechuza enjaulada.

– ¡Mejor que no lo hayas acompañado, viejo gordo, le habrías puesto en vergüenza! –exclamó James al ver como su cuñado abandonaba a Harry a la entrada de la estación, y tras golpearse un puño contra la otra mano para descargar su enojo (como hacía cada vez que tenía que observar a la fastidiosa hermana de Lily junto a su aún más fastidiosa familia), apoyó su palma derecha sobre el hombre de Harry.– Adelante hijo, no sabes lo bueno que te espera.

Como obedeciendo a un extraño impulso, Harry decidió empujar su carrito y buscar el andén nueve y tres cuartos.

– Está tan grande, James –señaló la pelirroja a su lado– No puedo creer que ya entrará a Hogwarts ¿en qué casa crees que quede?.

– Eso no se pregunta, Lil. Obviamente quedará en Gryffindor. ¿en que otra casa podría quedar siendo hijo del gryffindor más apuesto y talentoso y de la gryffindor más hermosa e inteligente que hayan pisado Hogwarts?. Harry será un gran mago, como todo un Potter que es.

Lily no quiso añadir nada, sabía que su hijo podía ser un gran mago en cualquiera de las casas que estuviera, pero esa era una discución perdida con el terco y orgulloso de su marido.

– ¡Mira! ¡Mira! –gritaba James, dando pequeños saltitos– se juntará con un pelirrojo. ¡Ves que sigue la tradición de la familia Potter!.

– Tú no tenías amigos pelirrojos, Potter –recalcó su mujer– ¿o acaso no recuerdas como nos llevábamos en Hogwarts?.

– Nahh…nos llevábamos a la perfección. A mi me encantaba como te ponías cuando te enfadabas y no puedes negar que tu adorabas gritarme y mandonearme delante de todos.

Ella sonríe, si que adoraba gritarle.

Una punzada en el estómago le indica que algo le ha ocurrido a su hijo, y vuelve a prestarle atención. Los pensamientos del chico le llegan como un lejano y rítmico sonido. "Mamá". Harry ha estado observando a Molly Weasley despedir a sus hijos, y se da cuenta del sentimiento de abandono que le embarga en aquellos momentos. Se posiciona a su lado, mientras James les mira con los ojos brillantes desde el otro, y alzando una mano le revuelve el cabello y le roza la mejilla, en una caricia que él no puede sentir, pero que sin embargo logra alejar el sentimiento de abandono experimentado.

El tren ya se está marchando de la estación, y ambos deciden no continuar en él, pues a veces piensan que están invadiendo la privacidad de su hijo, aunque éste no se entere. Si algo malo le pasara, la fuerte punzada en el corazón les indicaría que es momento de ir a velar por su seguridad. De modo que comienzan a caminar mientras el piso vuelve a ser nieve, y todo se transforma en el paisaje favorito de Lily, pues con sólo pensarlo pueden estar dónde quieran y cómo quieran. Sin embargo, son ellos los que no se enteran de que su hijo desearía tenerlos en cada momento a su lado, mientras Harry ignora que cada vez que los ha extrañado o necesitado, ambos vuelven a su lado para apoyar una mano en su hombro, o revolverle el cabello cariñosamente.

Horas más tarde, un grito saca de la calma en la que suele encontrarse Lily Potter. "¡Si, lo sabía! ¡Así se hace campeón! ¡Serás el mejor y más valiente Gryffindor que haya conocido Hogwarts!". El pecho de su marido está inflado de orgullo, y se siente feliz de haberse enamorado de él, en aquellos ya lejanos tiempos en qué no sabía, pero si sospechaba, que su amor traspasaría las fronteras de la muerte.

~Ivenus.Valens~

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